La tradición mexicana de los niños pidiendo calaverita es de origen estadounidense, en contraste con la fiesta de los Fieles Difuntos o Día de Muertos, que se sabe que es de origen mesoamericano. A pesar de que hay una versión que apunta a que algunos niños macehuales salían a la calle a buscar “alimentar a la calavera”, consiguiendo así las provisiones que hacían falta en la mesa familiar, lo cierto es que la tradición de ir casa por casa pidiendo dulces (o dinero) es una adaptación de la tradición norteamericana del “dulce o travesura”, donde los niños utilizan disfraces para ir de puerta en puerta pidiendo dulces. Dicha tradición proviene de la cultura celta, que pensaba que los espíritus regresaban a la Tierra una vez al año, y que ofreciéndoles alimentos evitaban que les jugaran una mala pasada, una “travesura”. Por eso los niños, disfrazados, piden dulces a cambio de no hacer alguna travesura.

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No obstante su origen anglosajón, en México el pedir calaverita se ha convertido en una tradición propia debido a las características culturales del país, donde es más tradicional que los niños pidan monedas, aunque en años recientes se ha vuelto común que se les entreguen dulces:

“La Calavera tiene hambre
no hay un huesito por ahí
no se lo coman todo
déjenos la mitad”.

“La calavera quiere cenar
Cinco de dulce,
Cinco de sal”.

Rima popular

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