En una cruel ironía de la naturaleza, podemos morir deshidratados flotando en una embarcación a la mitad del mar. Esto se debe a que nuestro organismo solamente puede producir orina cuando la concentración de sal en el agua es inferior al 2{6e16761cec0be8c444be7b2025ec764e25f4f8e53f787cb6eb1eb5027784ac4b}. Al beber agua de mar, que incluye un 3{6e16761cec0be8c444be7b2025ec764e25f4f8e53f787cb6eb1eb5027784ac4b} de sal, nuestra sed no sólo no disminuye, sino que aumenta, debido a que para que nuestros riñones puedan producir orina, tendrían que tomar agua de nuestro mismo organismo. Se ha establecido que si bebemos un litro de agua de mar, necesitaríamos otro litro y medio de agua para poder diluir la sal, lo cual saltaría a la vista, ya que nuestros riñones estarían expulsando más líquido del que bebimos.