No sólo California, sino más de 2, 000, 000 de kilómetros cuadrados dejaron de ser mexicanos y pasaron a manos de los Estados Unidos. Esto fue a raíz de la intervención norteamericana de 1846, que dejó a México a expensas de los vencedores, perdiendo la mitad de su territorio. Esto comprende parte de lo que hoy Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma, sin contar con el territorio del actual estado de Texas, que tras la batalla del Álamo se había independizado, antes de anexarse al territorio norteamericano.
Contrario a lo que se piensa, el presidente mexicano que firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, el cual formalizó este proceso, no fue Antonio López de Santa Anna, sino Manuel de la Peña y Peña. Gracias a su pasado como parte de la Nueva España y México, el estado de California tiene numerosas referencias a la cultura hispana, llamando especial atención los nombres de ciudades, calles y otros lugares, como San Diego, Los Ángeles y muchos otros.