La gastritis es sin duda un padecimiento sumamente molesto y común. Se da debido a que la mucosa gástrica se inflama, irritándose y provocando ardor o dolor en la región del abdomen conocida como epigastrio, y con ello una sensación de malestar general, que también puede incluir náusea y vómito.

Se ha establecido que la gastritis puede originarse por distintas causas, entre las que destacan los malos hábitos alimenticios, el estrés, los analgésicos (consumidos de manera frecuente) y el consumo de alcohol o café.

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También hay cuadros más fuertes de esta enfermedad, relacionados con la infección por la bacteria llamada Helycobacter pylori u otras, que requieren atención médica o se convierten en gastritis crónica. En este caso se aconseja el uso de antibióticos.

Existen también variantes sumamente dolorosas de la enfermedad, que vuelven erosivas las paredes del estómago (de forma ulcerosa). Hay muchas variantes, por lo que en definitiva lo más recomendable es acudir al médico para que haga una evaluación de qué tratamiento es el más conveniente para cada caso en particular.

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Habitualmente la gastritis se trata con antiácidos, y quizá más frecuentemente con omeprazol, sustancia que reduce la secreción gástrica y proporciona rápido alivio a los síntomas. También se aconseja una dieta blanda, evitando alimentos ácidos o que retrasen la digestión, como es el caso de los refrescos o gaseosas.

 

 

 

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