Los colores primarios se definen como aquellos colores que no se pueden obtener a partir de la mezcla de otros colores. Éstos son, para efecto de la luz, el rojo, el verde y el azul.
La existencia de los colores primarios obedece a la óptica del ser humano, por lo que se le denomina un concepto idealizado, es decir, generado estrictamente desde la apreciación del ser humano dadas sus características biológicas. Nuestros ojos tienen tres clases distintas de células o conos receptores, las cuales responden a ondas de luz con estos tres colores primarios.
Se le denomina tricrómata a las especies que incluyen los tres receptores de este tipo, como el caso del ser humano. No obstante, no todas las especies tienen una visión de este tipo. Incluso hay algunas especies tetracrómatas, con un rango de cuatro receptores, los cuales tienen la posibilidad de observar una parte de la luz ultravioleta.
Adicionalmente a lo antes expuesto, existe otra definición para los colores primarios, y es la que se originó en el medio del arte. Para los artistas, los tres colores primarios se definen como aquellos colores que, mezclados en proporciones iguales, generan un color secundario. Estos son el rojo, el amarillo y el azul. Así, mezclando un color primario con un color secundario, se consigue un color intermedio o color terciario.