Las lombrices de tierra procesan los desechos orgánicos, coadyuvando a que el suelo se vuelva fértil. Son un método económico para enriquecer el área de siembra. En la agricultura orgánica son muy apreciadas gracias a que promueven la aireación del suelo con sus microtúneles. Se ha establecido que un suelo rico debe contar con alrededor de 150 lombrices adultas por metro cuadrado.