El nudo en la garganta tiene una explicación, y se debe a que nuestro sistema nervioso se compone de 2 partes: el Sistema Nervioso Central y el Periférico; a su vez, este último se conforma por dos tipos de nervios, los voluntarios y los involuntarios. Así, por ejemplo, nosotros caminamos gracias a la activación de nervios voluntarios, sin embargo, no podemos controlar situaciones como nuestro torrente sanguíneo.
Los nervios involuntarios también nos ayudan a reaccionar ante situaciones de peligro, temor o tristeza; el corazón late más fuerte y rápido para aumentar el flujo de sangre, la respiración se acelera para aumentar la absorción de oxígeno y la entrada de aire en los pulmones se incrementa mediante la apertura de la glotis (el músculo que controla el cierre de la laringe). Esta situación no nos genera ningún problema hasta el momento en que queremos tragar saliva. El acto de tragar saliva implica el cierre de la glotis para que la comida no entre en la laringe. Por eso, que si intentamos tragar mientras estamos llorando, los músculos de la deglución comienzan a luchar en contra de los músculos para llorar y este “tira y afloja” sobre la glotis provoca el famoso “nudo” en la garganta, con la peculiar e incómoda sensación que lleva ligada.