La asociación de la Luna con la mujer es un concepto que mucha gente conoce, pero su origen y explicación no es del todo conocida. El ciclo hormonal de la mujer tiene la misma duración que el ciclo de la luna. Veintiocho días tarda ésta en dar la vuelta a la Tierra, este es el mismo tiempo que le toma a la mujer el ovular y arrojar el óvulo no fecundado a través del proceso conocido como menstruación.
Esto es lo que da origen a la asociación de la Luna con la mujer y por ello, a lo largo de la historia y la mitología, se ha concebido a este astro como una deidad femenina en casi todas las culturas. Así, por ejemplo, para los romanos la Luna era Selene, mientras Artemisa la representaba para los griegos.
Cada una de las fases de la Luna representa una etapa en la vida de la mujer, como se puede ver en la lista siguiente:
Luna Nueva: es el nacimiento, un nuevo despertar; el inicio de un ciclo.
Luna Creciente: símbolo de una doncella, la fertilidad en su mejor momento.
Luna Llena: la mujer preñada; la semilla engendrada.
Luna Menguante: el ocaso de la vida, la mujer menopáusica y anciana.