Los patos flotan como si fueran barcos dispuestos a conquistar el océano. A muchos podrían sorprendernos con esta notable habilidad, ya que parecen estar suspendidos tranquilamente, a diferencia, por ejemplo, de los humanos, los cuales tenemos que realizar movimientos coordinados con el cuerpo, poniendo a trabajar nuestros músculos, para lograr mantenernos a flote en el agua.
Los patos flotan debido a varias causas, una de ellas a que sus huesos son huecos por el interior. Así es, por dentro sólo tienen aire, por lo que su densidad es menor que la del agua.
Por otro lado, los patos segregan una cera que repele el agua, mientras que sus plumas también logran mantener entre ellas el aire, lo que favorece que el animal pueda mantenerse a flote de una mejor manera.
Así, teniendo prácticamente garantizado el mantenerse a flote, los patitos sólo tienen que mover las patas para que éstas funjan como un motor natural que les permite desplazarse graduando la velocidad sobre la superficie del agua.