Todo el mundo sabe que los gatos siempre caen parados, y no es una realidad que con frecuencia nos cuestionemos. Sin embargo, no deja de ser intrigante y una buena pregunta.
Esto se debe a que los gatos vienen “equipados” con un sistema sensor que funciona muy similar a un giroscopio, y que los alerta sobre la posición que el cuerpo lleva durante una caída, con relación al propio sistema nervioso central. Por esa razón, los gatos son perfectamente capaces de darse cuenta, y de inmediato, si van cayendo con las patas hacia arriba al ser alertados por este sistema, a lo que responden volteándose rápida e instintivamente.
Pero no todo termina aquí: los gatos no sólo orientan sus patas hacia abajo al caer, sino que también las flexionan con el fin de absorber el impacto y finalmente las extienden para diseminarlo y minimizar cualquier posible daño físico.
Además, la propia constitución del gato juega un papel importante, ya que muchos de sus huesos están unidos por músculos y no por ligamentos, lo que dota sus articulaciones de una fuerza y resistencia muy superior a la de otras especies.
Por estas razones, los gatos son capaces de caer desde alturas impresionantes y resultar prácticamente ilesos.