Considerado uno de los eruditos más importantes del siglo XX, el escritor argentino Jorge Luis Borges cultivó magistralmente el cuento, la poesía y el ensayo breve.
No obstante su comprobada capacidad literaria, no escribió novelas. Él explicaba esto arguyendo que la novela, como género, es esencial, que no requiere “rellenos”. Planteaba que era innecesario desarrollar una idea de forma tan extensa cuando podía hacerse en una pieza cuya lectura llevara solamente unos pocos minutos. Esta opinión se extendía también, como podría parecer natural, a su faceta de lector, en la que prefería la narrativa breve, incluso sobre novelas del mismo autor. Por ejemplo, sobre Kafka, aseguraba que sus narraciones breves eran mejores que su alabada novela El proceso.