Regularmente los gatos no hacen caso a los humanos y seguramente tú ya has comprobado esto personalmente en muchas ocasiones. Si tienes un gato de mascota sabrás bien lo difícil que es lograr que te obedezca.

¿Por qué los gatos no hacen caso?

Según las investigaciones que se han realizado a este respecto, hay más de un motivo por el que los gatos son desobedientes. En primer lugar se encuentra el aspecto genético-evolutivo, ya que estas criaturas tienen menos tiempo de haber sido domesticadas que los perros, animales domésticos por excelencia que han acompañado al ser humano por más siglos que los mininos. Es precisamente el tiempo que llevan con nosotros el que ha provocado que los perros hayan cambiado su conducta con el paso de las generaciones, volviéndose más sumisos ante los humanos en general.

Los gatos comenzaron a acercarse a los humanos hace unos nueve mil años,  cuando estos se volvieron proveedores de refugio y alimento para ellos, lo cual liga este hecho al mismo desarrollo del ser humano y a la creación de comunidades sedentarias basadas en actividades sistematizadas por parte de este. De hecho, el proceso de anexión de los gatos al día a día del ser humano está ligado con el inicio de la agricultura. Se piensa que los felinos se sintieron atraídos hacia las cosechas, los almacenes de grano y por supuesto por el gran número de roedores que permanentemente acechaban estos.

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Es sabido que los perros, en cambio, cuentan con alrededor de 12 mil años acompañando al ser humano en todo contexto. Esos años de diferencia podrían representar mucho en la evolución de los gatos, a los que dentro de este enfoque todavía les faltaría “domesticación” a nivel especie, antes de llegar a comportarse de forma más parecida a los canes. Hay que recordar también que los gatos se acercaron al ser humano cuando todavía eran gatos salvajes (Felis Silvestris o gato montés) y fueron evolucionando por cuenta propia hasta convertirse en las tiernas bolas de pelo que hoy todos podemos tener en casa.

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Habrás notado que los gatos suelen responder, ya sea de manera parcial o total, a la voz de sus dueños, pero también es común que ignoren por completo a personas que les resultan ajenas. No así los perros, los cuales con mucho mayor frecuencia simpatizan con personas que nunca habían visto antes, a las que les demuestran una obediencia semejante a la que profesan a sus dueños. Esta actitud es una pequeña prueba de la mayor supeditación del perro ante el humano.

Podemos decir que la relación entre un gato y su dueño es muy distinta a la existente entre un perro y el suyo. La diferencia básica es que el gato suele tomar la iniciativa y tener un gran poder de decisión sobre el manejo de la relación (en parte los gatos no hacen caso porque perciben tener un cierto grado de control sobre ti), mientras que el perro está total y permanentemente supeditado a la voluntad y las acciones de su amo.

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A pesar de todo lo expuesto, existen acciones concretas que podemos tomar en aras de mejorar el comportamiento de un gato, como brindarle los espacios, la alimentación y los artículos adecuados para que se mantenga ocupado y especialmente comprenda lo que debe y no debe hacer. En sitios como el de Housepet es posible elegir entre un amplio catálogo de productos especializados que te serán de gran utilidad para mejorar el nivel de domesticación de tu gatito, y poco a poco deje de ser ese rebelde sin causa que hurta tu plato de comida cuando vas a lavarte las manos.

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