El amor amargo es algo que muchos hemos experimentado cuando nuestras relaciones sentimentales no van del todo bien. Generalmente, cuando no hemos sido correspondidos de manera igualitaria por la persona de la que estamos enamorados, experimentamos sensaciones de dolor y amargura.

Muchos escritores de todos los tiempos han tratado el tema del desamor y es importante señalar la gran dificultad de encontrar fórmulas para no vivirlo, ya que sin duda alguna  es una experiencia que todos llegamos a vivir en algún momento de nuestras vidas y que por lo general nos vuelve más fuertes y maduros rumbo a nuestras siguientes relaciones.

El amor amargo y el concepto de amor

El amor puede ser visto de muchas maneras, pero se basa en la afinidad entre dos o más seres. Su significado puede variar considerablemente desde los puntos de vista religioso, artístico, filosófico y científico. Se le puede denominar amor a las relaciones entre dos personas entre las que hay atracción física y erótica, pero de la misma manera se puede utilizar el concepto en términos religiosos o familiares. Debido a lo antes citado resulta difícil señalar de manera contundente qué es el amor, sin embargo nadie duda de su existencia ni de su importancia para alcanzar la felicidad.

No obstante la dificultad para definirlo, es un consenso que el amor se puede dividir en dos tipos de expresiones antagónicas: el amor altruista y el amor egoísta. El primero se basa en la comprensión, la empatía y la colaboración desinteresada, mientras que el segundo solamente busca el beneficio personal, es decir, utiliza a las otras personas para lograr satisfacer personalmente a una de ellas.

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El amor amargo

Dentro de este último rubro podría catalogarse el amor amargo, sensación que llega cuando nos mienten, abandonan o “fallan”. Muchas veces, sobre todo en el primer caso, nos preguntamos por qué nos han tratado de esa manera si nosotros no lo habríamos hecho así, y es cuando los dos tipos de amor toman validez: el amor altruista y el amor egoísta. Este tipo de conducta fue estudiada ampliamente por el zoólogo y biólogo evolutivo británico Richard Dawkins, quien trazó una teoría que liga estos comportamientos con el proceso evolutivo de las especies. Según Dawkins, antes de que el hombre apareciera como tal en la Tierra las especies comenzaron a evolucionar debido al comportamiento grupal. Los individuos dispuestos a trabajar en conjunto e incluso a arriesgarse por su comunidad tendrían más posibilidades de sobrevivir (debido a la propia vida en grupo), por lo que habrían proliferado las formas de vida “altruistas” hasta llegar al hombre moderno. Esta es una teoría polémica ya que se contrapone a la tesis darwinista basada en el egoísmo individual y la superioridad de las especies más fuertes, que habrían sido moldeadas por la genética para actuar de esa manera. Llevadas al terreno del comportamiento amoroso, estas hipótesis podrían encajar perfectamente si las ligamos con las personas que aman de forma “altruista” y aquellas que lo hacen de forma egoísta.

Lo que es un hecho es que las decepciones amorosas suelen lastimar profundamente los sentimientos y el autoestima de las personas que las llegan a sufrir. De cualquier manera lo más recomendable, si queremos amar y que nos amen de forma “altruista”, siempre es dejar el pasado atrás y lograr sobreponernos para poder ofrecer a la persona que esté a nuestro lado (o busque estarlo si así lo deseamos) una buena experiencia sentimental.

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