A escala internacional, los domingos son un día para descansar. A pesar de las diversas apreciaciones culturales, el estándar ISO 8601 estableció, en el año 2004, que la semana tiene siete días, y que termina en domingo.
El nombre de este día proviene del latín Dominicus (día del Señor), por lo que el hecho de que sea un día utilizado para descansar tiene una importante connotación religiosa.
Hablando de La Biblia, existe una referencia al domingo como día sagrado en Apocalipsis 1:10, donde el Apóstol Juan refiere este día como día del Señor. Según se menciona en el Nuevo Testamento, en este día los discípulos de Cristo visitaban las sinagogas para predicar.
La fe católica, por su parte, habla del domingo como día de descanso debido a la creencia de que en este día tuvo lugar la resurección de Jesucristo (después del sábado, día de reposo en la tradición judía), también se alude a este día como aquel en que Dios creó el mundo.
En lo referente al aspecto político, la primera vez que el domingo fue oficialmente un día de descanso fue en el año 321, cuando el emperador Constantino I lo declaró así, bajo una denominación que permanece vigente, la de Día del Sol.
