Ir al podólogo es importante para nuestra salud, a pesar de que con frecuencia nos olvidemos del trabajo que realiza este especialista. Se trata de un médico dedicado a nada menos que el cuidado de nuestros pies.
Considerando que estas partes de nuestro cuerpo realizan la difícil labor de soportar todo nuestro peso y hacer posible nuestro desplazamiento, resulta lógico pensar que necesitan de una atención especial y es el podólogo el hombre indicado para brindársela.
El podólogo previene, diagnostica y en caso de detectar una patología brinda tratamiento y rehabilitación. Por eso, es importante tomar en serio la necesidad de ser analizados periódicamente por un podólogo independientemente de que no hayamos contraído algún padecimiento en los pies. No hay edad óptima para acudir con este médico especialista en pies y uñas.
Ir al podólogo y el pie plano
El pie plano es uno de los padecimientos más comunes que los podólogos atienden. Se trata de un cambio en la forma del pie en el que el arco de este pierde su forma. Está asociado con otras afecciones aunque también puede presentarse de manera independiente.
Normalmente los podólogos recomiendan el uso de plantillas para el tratamiento de esta enfermedad. Estas plantillas para el pie plano son altamente recomendables para las personas con el padecimiento ya que son personalizadas y logran sus objetivos primordiales: repartir el peso y la fuerza del cuerpo para normalizar las andadas.
Ahora que ya hemos planteado la importancia de ir al podólogo, diremos que en distintas partes del mundo existen centros de salud especializados en el cuidado de los pies. Por ejemplo, existe una clínica podológica en Barcelona que atiende a todo tipo de personas, brindando servicios especializados a los deportistas y realizando un diagnóstico avanzado por medio de estudio biomecánico. También cuenta con un área de podología infantil, donde se buscan las mejores soluciones para los problemas podológicos de los pequeños.
